miércoles, 10 de febrero de 2010

¿Quién tiene que investigar y juzgar los crímenes contra la humanidad del franquismo?

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional,con el voto en contra de cuatro jueces,le dijo al juez Garzón que no podía seguir con la instrucción de los crímenes del franquismo, que debía inhibirse a favor de los juzgados territorriales donde se hayan producido los hechos delictivos..
Y así sucedió: Garzón tuvo que cerrar sus diligencias y pasar "el marrón" a los juzgados de instrucción de los partidos judiciales, con lo cual parecía que las esperanzas que se habían puesto en que se calificase como genocida a nuestro último Dictador se volvían a desvanecer. Pero hete aquí que el Juzgado de Instrucción nº3 de Granada, al serle presentada la solicitud de exhumación de Lorca, un maestro republicano y un banderillero anarquista enterrados juntos en Viznar (Granada) por los militares golpistas, se vuelve a inhibir a favor de la Audiencia Nacional, pues,con buen juicio, indica que corresponden a ese órgano judicial "los delitos de lesa humanidad cometidos fuera de nuestras fronteras, con más razón aún cuando el delito es realizado en España".
¿Cómo es posible que 73 años de cometidos estos crímenes y 34 años de la muerte del Dictador no sepamos quién tiene que investigar y juzgar estos hechos? Porque estamos en un Estado de Derecho, ¿no?, y como dice el Tribunal Constitucional, "vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva que no se abra o se clausure la instrucción cuando existen sospechas razonables de que se ha podido cometer el delito de tortura o de tratos inhumanos o degradantes".
Y la verdad es que los españoles no es que tengamos "sospechas razonables" de los crímenes del franquismo, lo que tenemos son certezas abrumadoras. A todo esto, hace unos meses, el año pasado, el organismo de la ONU encargado de la vigilancia del cumplimiento de los Derechos Humanos en el mundo indicó a las autoridades españolas que debían juzgar como crímenes contra la humanidad las fechorías del Caudillo y su Régimen.
En la documentación que se entregó a Garzón por parte de las asociaciones de la Memoria Histórica se contabilizaban, con nombre y apellidos, más de 130.000 desaparecidos y más de 30.000 niños secuestrados.
¿Se puede dejar este asunto así unos cuantos años más, a ver si se olvida de una vez?
Pues parece que no. Los republicanos que están enterrados, con un tiro en la nuca, en la cuneta de una carretera o en en el fondo de un basurero, se revuelven en sus tumbas pidiendo justicia de una vez.
Se les dijo, cuando empezó la transición, que tenían que seguir allí, quietecitos, pues era lo mejor para el pais, pues todavía seguían los que les mataron y sus amigos, y , además tenían muy mala hostia,por lo que era mejor no sacar el asunto si queríamos avanzar hacia una democracia , aunque sea dándoles alguna ventajilla.
Pero, oiga, ya han pasado más de 30 años de aquéllo y ahora sí toca. Toca ya abrir las fosas y entregar los cadáveres a sus familiares , y toca ya hacerles justicia.
¿Que esto es abrir viejas heridas? ¿ No será, más bien, cerrarlas? Y es que sucede que España, como país civilizado y democrático, tiene suscritos convenios
internacionales que está por encima de las leyes nacionales.Y es que sucede,también,que algunas de esas leyes internacionales sobre Derechos Humanos dicen que los crímenes contra la humanidad, las desapariciones forzadas y los genocidios son inprescriptibles. Vamos, que no se pueden borrar con una amnistia, que no se puede hacer borrón y cuenta nueva, que no vale eso de aquí paz y allá gloria.
No, no se puede obviar el asunto, después de más de 30 años nos tenemos que enfrentar
a él, pues aquella amnistía no vale. No se puede olvidar aquello que no puede olvidar, como no se puede construir un edificio sólido sobre el barro.
España necesita enfrentarse a su pasado, hacer justicia a los miles de anónimos héroes republicanos que escribieron unas hermosas páginas de valor durante la guerra y la dictadura y avanzar por un camino firme en la construcción de su democracia.

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